Durmiendo sin mi teléfono
El teléfono es sin duda una de las mejores herramientas que tenemos en la vida diaria. Llamarle teléfono ya es una costumbre dado que ya la función de hacer y recibir llamadas es totalmente secundaria en las actividades que ahí realizamos. Es tan importante o tan emocionante la información que a veces recibimos a través de este aparato que nos hemos entrenado a reaccionar a cualquier vibración, notificación, sonido que salga de este aparato. Incluso en ocasiones no tiene que emitir ningún sonido, bastan 30 segundos de inactividad en nuestras vidas para que levantemos el teléfono que ahora no requiere ni que lo desbloqueemos, con sólo mirarlo el teléfono se activa y nos muestra pantalla tras pantalla de opciones de aplicaciones para satisfacernos. Sin embargo, ninguna de estas acciones está realmente relacionada con el descanso.

Dormir es una de las actividades más importantes para la productividad. Sin embargo esto se contradice cuando permitimos que una de nuestras herramientas más importantes para trabajar y funcionar se vuelvan la principal razón de nuestro insomnio y por ende deterioren nuestro desempeño al día siguiente.
El estado de alerta al que estamos acostumbrados a tener durante el día, y la acción casi involuntaria de estar revisando el teléfono constantemente no nos permite marcar una clara diferencia entre un estado mental de trabajo y productividad contra un estado mental de descanso. Por esto, una de las mejores formas de lograrlo es no dormir con el celular. Dejar el celular fuera de la habitación pronto se convertirá en el método más eficiente para combatir el insomnio y permitirle a nuestro cerebro realmente descansar. Permitamos entrar y salir del ritmo diario de trabajo y productividad.
Aquí una guía de cómo conseguir dormir sin teléfono:
1. El primer paso es designar dónde vivirá tu teléfono en las noches, coloca un cargador en una mesa en la cocina o en la sala y asigna un hogar para tu teléfono para que ahí se cargue por las noches. Así mismo quita cualquier cargador de tu recámara.
2. Consigue un despertador. Puede ser desde un despertador análogo, un asistente de voz, un reloj tradicional o inteligente. De esta manera al despertar evitarás sumergirte en todas las notificaciones que tu teléfono tiene que ofrecerte y quedarte otra media hora que no tenías contemplada viendo tu pantalla en la mañana. Date un momento de paz para ti antes de correr a ver qué necesita el mundo de tu atención. Tú estás primero.
3. Deja un libro en tu buró de tal forma que si te despiertas a la mitad de la noche tengas con qué relajar tu cuerpo y no estimular tus ojos con una pantalla.
4. Informa a tus seres queridos que duermes sin teléfono y avisa que en caso de que hubiera una emergencia cuál es la mejor forma de contactarte. La realidad es que las probabilidades de que surja una emergencia son bajísimas pero a veces bajo este pretexto dejamos todo en un estado de alerta que no nos permite relajarnos.
Considera un reloj despertador inteligente, con el cuál puedas mandar un mensaje si es necesario, apagar las luces si tienes luces inteligentes, recibir mensajes importantes, etc. También puedes dormir o despertar con música adecuada. O puedes también usar un teléfono viejo con un chip que son sumamente económicos como línea de emergencias y/o reloj despertador en el cual no tengas conectado redes sociales, mensajería ni nada por el estilo.
Permítete descansar, está demostrado que el uso de pantallas en la noche estimula nuestros ojos y nuestro cerebro siendo aún más difícil conciliar el sueño. Aprende a desconectarte y tener unas horas al día donde tú eres la prioridad, no lo que los demás necesiten de ti. Espero encuentres estos consejos útiles y te sirvan de inspiración para observar cómo mejorar tu relación con tus gadgets, y contigo mismo.
Dulces Sueños.
Habitómano